La izquierda avanza, pero el PS estanca: entre la oportunidad histórica y la trampa burocrática

La izquierda avanza, pero el PS estanca: entre la oportunidad histórica y la trampa burocrática

Mientras la izquierda chilena exhibe potencial de articular un triunfo histórico en 2026, el Partido Socialista (PS) se encuentra paralizado entre operadores y caciques internos. Ese estancamiento político es una pieza esencial para entender las ambiciones y limitaciones del bloque progresista rumbo a la presidencia.

El PS atrapado en sus propias redes

El editorial de Alfredo Joignant en El País alerta sobre un PS dominado por caciques reasignados como operadores: decisiones de listas y candidaturas al servicio de estructuras internas, no del electorado  .

Este fenómeno es una manifestación típica del centralismo burocrático: un partido que debería canalizar la conciencia popular se ve paralizado por lógicas clientelistas. Eso explica por qué el PS no ha logrado definir una candidatura competitiva de izquierda ni articular una voz clara ante la derecha.

En síntesis: mientras partidos congéneres se rearman y definen identidad política, el PS exhibe síntomas de agonía, sin capacidad de captar las demandas reales de los trabajadores ni repensar su rol en la próxima etapa electoral.

Izquierda competitiva: auge y contradicciones

A contracorriente del “centro-descomprensado”, la izquierda se muestra competitiva. Jeannette Jara, exministra de Boric y candidata del Partido Comunista (PC), se impuso en las primarias del bloque, con el 60 % de los votos sobre Carolina Tohá, representante de una socialdemocracia en desventaja  .

Este triunfo no es anecdótico: es una señal clara de que la militancia popular ya no encuentra su voz en un PS debilitado y recurre a figuras que se reivindican de los sectores populares. El PC, tras décadas en la marginalidad electoral, emerge como punta de lanza, no como un reducto ideológico inofensivo.

Jara y el reto de la unidad

Pese al éxito, Jara enfrenta un desafío histórico: transformar una victoria personal en una alianza política con contenido real. Debe ganar espacios entre socialdemócratas y frenteamplistas, mientras su candidatura logra comunión con los trabajadores y sectores populares  .

Aquí el dilema de fondo: o se articula un programa de clase, que confronte el neoliberalismo económico, la inseguridad y la crisis estructural, o se reduce a mera retórica electoral. Su plataforma anuncia enfoque en salud, vivienda, empleo y seguridad, pero el PS debe acompañar a esa agenda con organización desde la base, no solo operadores.

Coyuntura nacional: malas condiciones materiales amplifican polarización

Los sectores populares enfrentan inseguridad creciente —la delincuencia y robo ocupan los primeros vínculos de preocupación según CEP— y eso tensiona aún más el escenario político  .

Al mismo tiempo, la urgencia por la memoria histórica contrasta con el resurgimiento de discursos autoritarios y revisionistas, reminiscencias preocupantes de regímenes revanchistas en América Latina  . La izquierda debe ofrecer respuestas concretas: seguridad comunitaria, justicia social, y una educación política que preserve la memoria.

¿Qué rol debe asumir el PS?

Para que la candidatura Jara se transforme en una fuerza real contra la derecha, el PS debe:

  • Romper con su lógica de caciques internos, democratizar candidaturas y liberar su aparato para asumir liderazgo en terreno.
  • Impulsar articulación desde las comunidades: barriadas, sindicatos, territorios populares.
  • Contribuir activamente a la construcción de programa común, no sólo financiar campañas ni ocupar cargos.
  • Recuperar su tradición histórica sin nostalgia: es tiempo de recuperar la dimensión de partido de vanguardia, al servicio de las masas.

Conclusión

En esta coyuntura, la izquierda tiene una ventana histórica: una alianza popular y combativa que logre ganar en noviembre de 2025. Pero el PS, como fuerza central, se encuentra atrapado entre la burocracia interna y la irrelevancia electoral.

La victoria de Jara es una oportunidad, no una garantía. Se requiere un PS movilizado, conectado con las comisiones de vivienda, salud, barrio y trabajo. No se trata de operar candidaturas, sino de dar vida a un proyecto de poder popular, encarnado en una figura que representa dignidad, aspiración y reforma de fondo.

Solo así, con un programa de clase, podría avanzarse hacia una perspectiva que vaya más allá del modelo boricista, abriendo una vía chilena hacia la emancipación.

Fuentes

  1. “El Partido Socialista, entre caciques y operadores”
  2. “La izquierda chilena se vuelve competitiva para quedarse con la presidencia en 2026”
  3. “Jara agradece los aplausos de Petro, pero aclara que está concentrada en Chile”
  4. “Los chilenos pobres son los más preocupados por la delincuencia, los asaltos y los robos”
  5. “La urgencia de reforzar la memoria chilena”
  6. “Jeannette Jara, la candidata que podría llevar al Partido Comunista a la primera línea de la política chilena”

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